Maletas y sillas con alma propia
Hierro, madera y piedra. Estos son los elementos básicos de las esculturas que se exponen. Son obras que emergen de sueños. A veces son ligeros, como sueños de un niño, ligeros como el papel estrujado o la paja que emplea el artista en su obra. A veces pesan mucho, tanto como el hierro y los clavos que usa el escultor Carlos Carmona en sus estructuras -o como los ladrillos, cubiertos con una capa fina de laca dorada.
(...) Y una vez tras otra parecen susurrar las maletas y las sillas a nuestro oído: "Cuando era niño, todo era fácil; de adulto el mundo comenzaba a descomponerse en mil pedazos". Así que el respaldo de un banco está compuesto de varios trozos de piedra (...) Allí también está la silla de la infancia -o sea, que se podría llamar así, aunque el artista no le ha dado ningún título. En su rígido respaldo hay recortes rectangulares, que parecen miradores o ventanas. Desde allí se pueden ver días de una infancia vivida en el pasado. La forma de esta silla es clara y deja lucir un espíritu fuerte, lo que subrayan los materiales duros e indestructibles de los que la obra está hecha.